Hermenéutica, Nihilismo, Fenomenología y Teoría
Crítica
(Habermas,
Nietzsche y Hurssel)
Facilitadora:
Participantes:
Dra. Carmen Omaira, Díaz Bravo, Edelin
Quintana, Carmen
Sánchez, Aida
Valle de la Pascua,
Mayo de 2011
Hermenéutica
La voz griega hermenéutica,
significa primeramente expresión del pensamiento; de ahí explicación y, sobre
todo, interpretación de mismo. Disciplina de la interpretación, [que] trata de (la comprensión)
de los textos; lo cual es (...) colocarlos en sus contextos respectivos. Con
eso el intérprete lo entiende, lo comprende, frente a sus autores, sus
contenidos y sus destinatarios. El sentido semántico de la palabra, representa
una modalidad de acceso a la realidad a la realidad de los signos y su
textualidad, sin embargo aunque esta modalidad de la compresión y nos da un
horizonte de reflexión, ésta tiene que verse como una condición necesaria pero
no es suficiente, su nivel de insuficiencia está determinado por la implicación
de las palabras con otros contextos de producción. La afirmación anterior,
exige un esfuerzo de comprensión hacia nuevos ámbitos de reflexión sobre lo que
significa la hermenéutica. Esto implica la posibilidad de interpretar,
detectando nuevas direcciones y extrayendo conclusiones en horizontes de
compresión más amplios.
El Nivel Histórico Pragmático de la Hermenéutica
En el nivel
histórico pragmático relacionaremos a la hermenéutica con su contexto histórico
de trabajo. Es pertinente considerar que la referencia al contexto histórico,
no se limita a realizar una investigación de corte historiográfico, se trata
más bien del reconocimiento de la hermenéutica como metodología de trabajo y
condición para la interpretación del sentido existencial de la corporalidad que
se abre al futuro. Para lograrlo es necesario explicar los presupuestos y con
ellos encontrar los fundamentos de la hermenéutica. Si el ejercicio interpretativo se vincula con el trabajo ético de
la responsabilidad solidaria por la vida de toda la humanidad, estaremos
generando un sentido de ruptura con la interpretación de la univocidad
totalitaria.
Con este trabajo se propone
establecer una consistente fundamentación para el trabajo de toda praxis de
trasformación social que se implique en la responsabilidad solidaria por la
vida de toda la humanidad. Esto significa, que la hermenéutica llega a su
"verdadera esencia"4 si logramos transformar la posición de univocidad de la tarea
interpretativa. La
compresión sólo se convierte en una tarea necesitada de dirección metodológica
a partir del momento en el que surge la conciencia histórica, que implica una
distancia fundamental del presente frente a toda trasmisión histórica. Nace una modalidad de la
"Filosofía lógica del lenguaje", que propone que todo análisis
interpretativo de un texto, debe tener como "meta final" la búsqueda
de un lenguaje que produzca el menor grado de equivocidad. Si
el lenguaje no es sólo el resultado de una actividad voluntarista-racional,
sino también una producción espontánea y sensible del sujeto en la práctica
arraigada de formas históricas, éste contiene de manera inherente en su
estructura interna la visión propia del mundo que la ha generado. Toda lengua
es un acuerdo originario entre el hombre y el mundo, el uso del lenguaje (con
el otro) permite al sujeto salir de su aislamiento y entrar en la historia de
toda la humanidad.
Este método
de confrontación permanente de una realidad pasada que está inquiriendo al
presente y proyectándose en el futuro de la temporalidad humana, propone los
siguientes niveles para el trabajo de la hermenéutica.
1. La intención se comprende
"comprensivamente" en sus intenciones si conocemos la psicología, y
el espíritu del autor.
2. La interpretación tiene que estar incluida en horizonte de temporalidad.
3. El tercer aspecto refiere a que toda interpretación deberá quedar inscrita en el círculo hermenéutico de la compresión. Porque el espíritu no es en parte alguna una suma de particularidades, es una entidad originaria, indivisa. Así la hermenéutica no se ejerce sobre particularidades sino sobre la totalidad.
4. Un elemento privilegiado del método hermenéutico es el análisis comparativo.
5. La multiplicidad de los significados están en el intérprete y su pragmática y no en el texto. Es decir que la explicación no es explicación de la letra, es explicación del sentido y del espíritu.
2. La interpretación tiene que estar incluida en horizonte de temporalidad.
3. El tercer aspecto refiere a que toda interpretación deberá quedar inscrita en el círculo hermenéutico de la compresión. Porque el espíritu no es en parte alguna una suma de particularidades, es una entidad originaria, indivisa. Así la hermenéutica no se ejerce sobre particularidades sino sobre la totalidad.
4. Un elemento privilegiado del método hermenéutico es el análisis comparativo.
5. La multiplicidad de los significados están en el intérprete y su pragmática y no en el texto. Es decir que la explicación no es explicación de la letra, es explicación del sentido y del espíritu.
Modelo Hermenéutico Crítico
La hermenéutica crítica tiene uno de
sus principales espacios de trabajo en modalidad emancipadora que nace de la
propuesta de los filósofos alemanes Jurgen Habermas y Karl Otto Apel, ambos dialogan
críticamente con el modelo positivista y sus fundamentos en el modelo
tradicional del conocimiento. Las teorías del conocimiento denominadas
contemplativas desconocen el interés que todo conocimiento lleva consigo,
haciendo de esta acción una actividad con intenciones explícitas de
neutralidad. Este problema fue criticado por la hermenéutica, ya que
significaba un círculo vicioso en el sentido de que el reconocimiento de los
intereses y prejuicios del sujeto al interpretar, no debían ser vistos como un
impedimento para la objetividad del conocimiento, por el contrario era una
modalidad de la objetividad. Dicho en términos categoriales se trata del
reconocimiento de la determinación histórica que está contenida en toda
interpretación y que su acción emancipadora no consiste en "ocultar"
la subjetividad interpretativa sino más bien hacernos cargo de ésta.
Para Habermas la posibilidad de
ruptura del círculo de la interpretación determinado por el interés está en la
tematización de este interés como constitutivo de la racionalidad hermenéutica.
El filósofo alemán realiza este ejercicio en el terreno de la epistemología
remontándose a las fuentes originales y volviendo a recorrer el camino de
construcción para el reconocimiento explícito de los intereses y prejuicios que
contiene toda investigación. En esta reconstrucción se establecen tres tipos de
intereses: el interés técnico instrumental suscrito por las ciencias
empírico-analíticas; el interés práctico que constituye a las ciencias
hermenéuticas y por último el interés emancipatorio que es el que está como fin
último de las ciencias sociales.
Nuevas aportaciones al uso
emancipador de las ciencias sociales lo da el psicoanálisis que no descarta que
la "autobiografía" de reconstrucción de los intereses es una
condición de necesariedad para la emancipación, pero también posee niveles de
insuficiencia, si ésta no está transdiciplinariamente conectada con el
reconocimiento que la operación de búsqueda de la fuente llena ciertos espacios
pero también reprime aquello que la razón cognitiva "olvida" de
manera no intencional y desplaza hacia otros niveles de la subjetividad. El
dialogo terapéutico pude ser una modalidad significativa de auxilio
hermenéutico para la acción emancipadora.
Los modelos del lenguaje de uso
liberador aportados por la filosofía latinoamericana, también contribuyen
consistentemente al modelo interpretativo crítico al considerar que una
relación interpretativo tiene que incluir a los excluidos de la comunidad de
comunicación, además no se pueden omitirse las condiciones materiales en las
cuales están inscritos los interpretante y por último la articulación a los
proyectos de trasformación encaminados hacia una vida plena para todo a la
humanidad.
Una acción responsable por la vida
plena de la humanidad, tiene que aspirar a relaciones dialógicas de
comunicación, éstas deben estar mediadas por el uso de la racionalidad
comunicativa y para esto la hermenéutica crítica aporta sustanciales
contribuciones. Si se incluye la hermenéutica crítica como parte sustancial de
la racionalidad en otras formas de racionalidad y sobre de éstas articulamos la
racionalidad con interés liberador, estaremos proponiendo un horizonte de
significa que articule el interés interpretativo con el interés liberador. Cancelar
la dialéctica del reconocimiento por la interpretación de los distintos pasajes
que se captan en lo que se dice y escribe como parte del mundo de la vida, es
la irrupción en un mundo que se asumen como un código absoluto de
interpretación.
En el modelo hermenéutico se reconoce
el problema estructural de un mundo guiado exclusivamente por los criterios de
la univocidad está poniendo en riesgo la vida de toda la humanidad. El texto
como producto simbólico de las relaciones interpretativas desde-con-entre-para
la esperanza por la vida plena de la humanidad, atraviesa en nuestra
consideración por una fase compresiva que exige la interpretación crítica. Los
fundamentos del modelo hace ver a la hermenéutica como un proceso de liberación
en torno a los vínculos dogmáticos con las estructuras de sentido, y ello
mediante la metodología de reconocimiento del dialogo con las fases de la
hermenéutica que hacen posible un trabajo de descontextualización en la
denuncia y de recontextualización en el anuncio por un mundo con un sentido más
plenamente humano.
La hermenéutica crítica trata de
poner en crisis (separar) las intenciones mediante el análisis de los efectos
intencionales y no intencionales. No se busca encontrar la intención de un
autor original como vimos en el trascurrir de este artículo, más bien el
sentido se ha desplegado hacia una racionalidad vital que es imposible sino se
ponen de manifiesto los contextos hermenéuticos y sus posibilidades críticas.
Hacer una hermenéutica crítica, es ejercer la compresión-crítica como
manifestación simbólica que en un primer momento exige el saber bajo que
condiciones se produjo el código desde donde estamos interpretado, ejercer la
crítica y posteriormente incluir la significación dinámica en el sentiete-razón
corporal de poder manifestar la novedad.
Nihilismo
Friedrich
Wilhelm Nietzsche, nace el 15 de Octubre de 1844 y muere el 25 de Agosto de 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo
alemán,
considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX. Realizó una
crítica exhaustiva de la cultura,
la religión y la filosofía occidental,
mediante la deconstrucción
de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes
morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó
profundamente a generaciones posteriores de teólogos, filósofos,
sociólogos,
psicólogos,
poetas, novelistas y dramaturgos.
Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la Ilustración, expresada
en su observación «Dios ha muerto»,
de una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales más
célebres después de su muerte.
Si bien hay quienes sostienen que la
característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que trataba
sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo, como
ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del siglo XX,
en autores tales como Michel
Foucault, Jacques
Derrida, Martin
Heidegger o Deleuze
entre otros. Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad
del siglo XX como una
figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente
notoria en los filósofos existencialistas, críticos, fenomenológicos,
postestructuralistas y postmodernos.
Es considerado uno de los tres «Maestros de la
sospecha» (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud.
Nihilismo
y la muerte de Dios
El nihilismo es un
advenimiento de unas repetidas frustraciones en la búsqueda de significado o
más precisamente «la desvalorización de los valores supremos». Nihilismo en
Nietzsche se refiere al proceso histórico que surge en el reconocimiento de un
valor sumo y termina en la asunción o reconocimiento de múltiples cosas
valorables al volverse inoperante lo que antes se mostraba como lo supremo. El
nihilismo acontece en nuestro tiempo como manifestación de la ausencia de una
medida única y al mismo tiempo como la proliferación de múltiples medidas, que
en cada caso, pueden aparecer como válidas. Nietzsche ve en el despliegue del
nihilismo toda fundación de cultura europea, la que surge como destino
necesario de este proceso. La visión religiosa del mundo había sufrido ya un
gran número de cambios por perspectivas contrarias, cayendo en el escepticismo
filosófico, y en las teorías científicas evolucionistas y heliocéntricas
modernas, lo que no hace más que confirmar la desvalorización de los valores
supremos. A lo ya señalado, hemos de sumar una creciente presencia de lo
democrático, la que se muestra como la afirmación de una individualidad
independiente de Dios y acreedora de la igualdad, de la medianía. La
democracia, aparece a los ojos de Nietzsche como un momento del despliegue del
nihilismo igualmente negador de la vida que los que la antecedieron. Ambas
manifestaciones del nihilismo se muestran a este filósofo como negaciones de la
vida en la medida en que niegan u olvidan dimensiones de ella que a su vista
aparecen como constitutivas de ella, como inalienables a lo que a él se le
aparece como vida. Estas dimensiones negadas de la vida se muestran en ámbitos
tan determinantes como el constante darse del devenir y las diferencias entre
los hombres.
Nietzsche,
ve esta condición intelectual como un nuevo reto para la cultura europea, lo
que se ha extendido a sí mismo más allá de un pequeño punto de no-retorno.
Nietzsche conceptualiza esto con su famosa frase, «Dios ha muerto»: Es
importante, para él, distinguir entre la religión de la cristiandad y la
persona de Jesús. Nietzsche explicó la religión cristiana como si fuera representado
por iglesias e instituciones a las que llamaba su «transvaloración» (del alemán
Ümwertung) de los valores
instintivos saludables. Transvaloración, es el proceso por el cual el
significado de un concepto o ideología puede ser puesto al revés a su topónimo.
Fue más allá del pensamiento de los agnósticos o ateos de la Ilustración, quienes sentían que la Cristiandad era
simplemente falsa. Él afirmaba que ha podido ser deliberadamente infundida como
una religión subversiva (como un arma psicológica subversiva) dentro del
Imperio Romano por el apóstol Pablo como una forma de cobrar venganza por la
destrucción romana de Jerusalén y el Templo durante la Guerra Judía.
Nietzsche
contrasta a los cristianos con Jesús, a quien admiraba de gran modo. Nietzsche
argumenta que Jesús transcendió las influencias morales de su tiempo creando su
propio sistema de valores. Jesús representaba un paso hacia el suprahombre. Al
final, Nietzsche clama sin embargo: en contraste con el suprahombre, quien
abraza la vida, Jesús negaba la realeza en favor de su «Reino de Dios». La
negación de Jesús para defenderse a sí mismo, y su muerte, eran consecuencias
lógicas de su desajuste de sistema de ideas. Nietzsche entonces analizó la
historia de la Cristiandad,
descubriendo una distorsión progresiva de modo grotesco de las enseñanzas de
Jesús. Él critica a los primeros cristianos por convertir a Jesús en un mártir
y la vida de Jesús dentro de la historia de la salvación de la humanidad como
motivo para dominar a las masas, encontrando a los apóstoles cobardes, vulgares
y resentidos. Argumenta que la sucesivas generaciones malentendieron la vida de
Jesús, mientras la influencia de la cristiandad crecía. En el siglo
XIX, Nietzsche concluye, la cristiandad se ha vuelto tan mundana para hacerse
una parodia de sí misma, una total inversión del mundo que era, en principio,
nihilista.
Se ocupa de la conciencia con todas
las formas de vivencias, actos y correlatos de los mismos, es una ciencia de
esencias que pretende llegar sólo a conocimientos esenciales y no fijar, en
absoluto, hechos. Es una meditación lógica que pretende
superar las propias incertidumbres de la lógica, orientándose hacia y con un
lenguaje o logos
que excluya la incertidumbre. La fenomenología ha reflexionado, se ha apoyado,
ha combatido, contra el psicologismo, contra el pragmatismo, contra una etapa
del pensamiento occidental. Ha sido una meditación sobre el conocimiento, un conocimiento del
conocimiento; y su célebre "poner entre paréntesis"
consiste en primer lugar en dejar atrás una cultura, una historia, en retomar
todo saber remontándose a un no saber radical.
El término significa el estudio de
los “fenómenos”, es decir de lo que aparece en la conciencia, lo dado; se trata de
explorar precisamente eso que es dado, la cosa misma en que se piensa, de la
que se habla, en síntesis, de la constitución de la
conciencia. Se trata de recuperar al sujeto racional que está
detrás de todo hecho y que directamente se pone como razón, pero ésta no se
deriva de nada, es absoluta, des-ligada, no depende de hechos. Tampoco la vida subjetiva
con sus modos de experiencia puede ser derivada de los hechos del mundo, sino
al revés, éstos toman su sentido en aquélla. La fenomenología no parece tratar
de la realidad sino de la representación de la realidad, así parece ser desde el
momento en que la propia fenomenología exige prescindir de la realidad, de la
naturaleza, del mundo objetivo.
Edmund
Husserl (1859-1938),
como fundador de la escuela fenomenológica, se dio a la tarea de describir el
método fenomenológico, previa depuración del psicologismo. Él inauguró la
aprehensión de la “cosa misma”, más acá de toda predicación, en un combate con
el lenguaje, contra sí mismo para alcanzar lo originario.
La concepción del hombre, para Husserl, consiste en la restauración del sujeto
racional que no esté anclado en los hechos, como la psicología, sino en la
razón; trata de revelar que el hombre no es un hecho mundano, sino el lugar de
la razón y de la verdad, de la subjetividad trascendental. El problema del
psicologismo consiste en que se ve al hombre sólo como parte del mundo, como un
hecho en el mundo, pero si sólo somos hechos en el mundo, entonces difícilmente
podremos concebirnos como sujetos del mismo, puesto que la razón no está
causada por las circunstancias mundanas: la razón es lo que es por sí misma.
“La fenomenología de Husserl pretende reconstruir un sujeto racional que sea a
la vez sujeto del mundo y objeto en el mundo.”
Tomando en cuenta que el mundo, la realidad, no
es sino el conjunto de mis experiencias reales y posibles, la vida subjetiva no
se deriva entonces de los hechos del mundo, sino al contrario. En la percepción
de una cosa lleva a la conciencia de ésta, y luego a la vivencia: “La
conciencia humana es intencional, es decir produce actos cuya característica es
el no quedarse en sí mismos sino ir más allá, por lo que la conciencia
intencional es en sus actos conciencia”, lo que permite
que se represente mediante la actitud natural y la actitud fenomenológica; la primera es
la que se mantiene en la vida ordinaria, la objetiva; y la segunda es en la que
se interrumpe para fijarse en la experiencia de las cosas en un tiempo
subjetivo. La fenomenología propone que se pase de la actitud natural a la
actitud fenomenológica describiendo los fenómenos de la conciencia, sus
intencionalidades, y para conseguir y garantizar que así sea tienen que darse
dos operaciones simultáneas: la epojé y la reducción eidética. La epojé es poner entre paréntesis algo
del mundo ordinario, lo suspende para entonces volver a los actos, a las cosas
mismas a fin de alcanzar el residuo fenomenológico de la conciencia
trascendental, o bien la esencia, o descubrir un nuevo reino de la experiencia,
o crear una nueva. La reducción se refiere a reducir, re(con)ducir
la realidad como tal a la representación de la misma en el sujeto, para hacer
de ella una experiencia de la realidad, que es lo que constituye a la conciencia.
Reducir es en el fondo transformar todo lo dado en algo que se nos enfrenta, en
fenómeno, y revelar así los caracteres esenciales del yo.
La característica intencional de la
conciencia dice que a todo acto de conciencia, a todo acto intencional
(reducción), le corresponde un objeto intencional. En este objeto se debe
distinguir lo que está dado, o sea el estado de cosa que se percibe de él, del
objeto real que no es dado ni dable (inmanencia fenomenológica). La tarea del
acto intencional consiste en intuir el objeto, en tanta representación.
La intuición,
en tanto posición de la conciencia, puede ser categorial o esencial, si
es categorial se estarán captando los contenidos no sensibles tales como
estructuras o números; si es esencial se referirá a datos, procesos, objetos
percibidos por los sentidos, en sí constituye el modelo de toda vivencia
originaria; aunque capta una pura esencia que le es dada en esa sola intuición,
ya que es directa, inmediata, y sólo aprehende un estado del objeto que se
pretende intuir. La diferencia entre intuir y percibir, es que ésta última se
da desde una actitud natural, y la intuición corresponde ya a la actitud
fenomenológica.
Una vez
intuido y aprehendido el objeto mediante la intuición esencial se tiene acceso
a las esencias,
que vienen siendo unidades ideales de significación que se dan en la conciencia
intencional. La esencia o eidos del objeto está constituida por lo invariable que se
mantiene idéntico a través de las diversas intuiciones del objeto, de tal
manera que la esencia se experimenta en una intuición vivida en una donación
originaria.
Teoría Crítica
En 1923 comienza
a gestarse los primeros indicios de lo que más tarde se convertiría lo que hoy
se conoce con el nombre de Teoría Crítica.
Es así, como un grupo de investigadores de la Universidad de Fráncfort
desarrollan sus trabajos considerando distintos campos del pensamiento científico
para este momento, de modo que, esta teoría que estaba surgiendo y que toma
mayor cuerpo teórico en 1937, surge en
oposición a la teoría francesa, presentándose de esta manera investigaciones de mayor alcance asociados al
pensamiento estético, artístico, antropológico, sociológico y especialmente
filosófico.
Estas
ideas son las que dan paso al marxismo
heterodoxo, el cual desarrolla una serie de preceptos dirigidos a los
problemas sociales, como la desigualdad de clases, no solo desde el punto de
vista sociológico, sino también filosófico; siendo Marx el principal impulsor
de estas ideas, bajo un enfoque que, más que tratar de interpretar, debe
transformar el mundo en cuanto a factores sociales, psicológicos y culturales.
En
cuanto a la formación del hombre de acuerdo con la teoría crítica la escuela
debe buscar una coherencia entre las formas de entender el mundo, la sociedad,
el sujeto que sirva de referente en el quehacer educativo cotidiano, en el
proceso de transmisión de conocimientos, en las formas en las que se concretan las
actuaciones del educador o de quien enseña; no sólo en el sentido que reflejan
la historia de las sociedades en que aparecen, sino también en el que encierran
ideas sobre el cambio social, y en particular, sobre el papel de la educación
en la reproducción y transformación de la sociedad.
En este sentido, la verdad de la
teoría crítica está orientada por los valores. La aproximación al conocer, no
se reduce al acercamiento de un sujeto pensante a un objeto de investigación.
Se parte del principio de que los propios procesos de pensamiento y del
conocer, ya vienen condicionados por esos mismos objetos. Los conocimientos son
históricos, forman parte del devenir histórico. Aquí los procesos de selección de contenidos
curriculares, los criterios utilizados;
pueden ser elementos clarificadores para comprender la importancia de
unos saberes sobre otros. Los docentes y
estudiantes deben ser conscientes de
cuáles son los valores, los intereses, los conceptos sociales que están detrás
de un diseño curricular y este conocimiento debe estar orientado para diseñar
las opciones consiguientes. De modo que
no se trata de imponer un conocimiento crítico, sino de proporcionar
instrumentos de reflexión crítica, en la que la explicación del educador, así
como las aportaciones de los propios estudiantes, forman parte de un clima de
comunicación y de análisis.
Como se aprecia, la teoría crítica
señala criterios, pero no valores ni definiciones absolutas. Los criterios son
siempre revisables de acuerdo con el contexto y los procesos comunicacionales
que se generan. Es así como en este
marco de ideas la educación se define como un proceso de creación y
facilitación de orientación de las acciones y conocimientos mediante relaciones
de interacción simétricas en un contexto de comunicación crítica y racional. Como
se puede apreciar, en ella se refleja un esfuerzo por armonizar entre sí las
ideas y metas de la época, los sectores aislados de la vida social; por
investigar los fundamentos de las cosas, en una palabra, por conocerlas de
manera efectivamente real.
El pensamiento crítico trata de
descubrir lo no dicho, aquellos aspectos de la realidad no definidos por los
discursos formales, pero que forman parte de la realidad. Esto se hace especialmente relevante cuando
se analizan los contenidos políticos (decretos, disposiciones legales)
relacionados con la
Organización Escolar dictados por responsables de la planificación
educativa. Se trata de que docente y estudiante deben tener una visión crítica que les permita
detectar las contradicciones. La finalidad última no es conseguir unos fines
económicos, sino que está orientado hacia un interés emancipador que permita al
sujeto una vida libre. En definitiva se busca de conseguir instrumentos capaces
de explicar los fenómenos humanos y, a la vez, conseguir su transformación. El
estudiante es considerado como concreto y determinado por su contexto y se
rechaza la concepción del individualismo burgués de sujeto; individuo que tiene poder para cambiar su vida
según su propia iniciativa.
Ahora bien, la teoría crítica de la educación necesita un
espacio concreto para la duda. Los procesos burocráticos racionalizadores,
propios de las sociedades liberales tratan de imponerse como explicación única
y exclusiva. La consecuencia es sustraer del tratamiento público (político) los
problemas sociales y reducirlos a campos científicos propios de los expertos,
con la consiguiente distorsión. La tecnología, como ideología, se constituye
actualmente como proceso legitimador genuino de este proceso. En muchos casos,
el carácter de científico impide el acercamiento por temor a mostrar oposición
y con el consiguiente ocultamiento de los valores que allí se esconden.
En
conclusión, la educación bajo la óptica
de teoría crítica ha de entenderse como dimensión educativa que hace uso de
elementos analíticos utilizados por éstas como son: la crítica de la razón
instrumental, la dialéctica de la ilustración, el modelo de Investigación-Acción,
que a su vez son instrumentos que proporcionarán al docente mayor grado de
conciencia sobre su tarea cotidiana. Así pues, la tarea educativa recorre varios niveles de relación:
docente-estudiante, grupo de estudiantes, relaciones del mundo microsocial de
las escuelas, relación con la comunidad, relación con el mundo social y
político más amplio.
De
acuerdo con lo anterior, el principal instrumento de trabajo es la acción
comunicativa: crear situaciones intersubjetivas de comunicación que favorezcan
superar las relaciones asimétricas de las que se parte, desarrollar procesos de
racionalidad, permitir tomar decisiones sobre los derechos y deberes de los
sujetos de la relación y evaluar el grado de coherencia de los comportamientos
responsables.
En
general, transmitir determinados valores o tomar partido por opciones concretas
no impide que se pueda proporcionar al estudiantado instrumentos de reflexión
crítica que les permitan elaborar sus propias conclusiones. La sencillez, la
caridad, son condiciones necesarias para
conseguir que el proceso discursivo que se desarrolle en la institución escolar
favorezca la formación responsable de todos los que participan en los procesos
de enseñanza y de aprendizaje.
Referencias Bibliográficas
Husserl, E. Ideas relativas a una
fenomenología pura y a una filosofía fenomenológica. F.C.E., 3a.
ed., México, 1986. p. 10.
http://noemagico.blogia.com/2006/033001-introduccion-a-la-fenomenologia.php
http://www.oposinet.com/filosofia/temas/oposiciones_filosofia_T65.php
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